Voltaire escribió: "Dios es un comediante que actúa para una audiencia demasiado asustada para reír". Y que....,"El fanatismo es a la superstición lo que el delirio es a la fiebre, lo que la rabia es a la cólera. El que tiene éxtasis, visiones, el que toma los sueños por realidades y sus imaginaciones por profecías es un fanático novicio de grandes esperanzas; podrá pronto llegar a matar por el amor de Dios... "
Parece mentira que a estas alturas de la película, todavía esa corporación no organizada de dirigentes integristas de nuestra especie, consiga poner en circulación a tan alto número de activistas , escogidos entre los que se han sentido atrapados por la desesperanza, la pobreza y el abandono de sus semejantes, o por la deriva fanàtica, ponièndonos a todos en una situación de permanente riesgo.
Siempre ha habido jerarcas que incumpliendo el primer mandamiento de la ley de Dios: “No tomarás el nombre de Dios en vano…” han bramado contra aquellos que no comulgan con su manera de ver y hacer las cosas, imponiendo o tratando de imponer una ley que pretenden sea la legítima interpretación de la voluntad divina, y así nos va.
Las actitudes dogmáticas e integristas no solo son patrimonio de la jerarquía religiosa, si no también de algunos dirigentes políticos, militares, económicos y de cualquier tipo cuando el grado de su “endiosamiento” llega a un punto tal , que su propio delirio o su propio interés les hacen creer o hacer creer de que están investidos de autoridad divina. La historia esta plagada de hechos luctuosos y vergonzantes promovidos por este tipo de individuos que han llevado a la humanidad a sus más altas cotas de ignominia. El ser humano como carne de cañón, bajo promesas indemostrables de premio divino, de gloria patriótica o de enriquecimientos futuros, ha ido sucumbiendo y autoinmolándose poniendo a la especie humana en situaciones de postración inconcebibles. A pesar de que la repetición de la historia es incontestable, todavía miles de personas sometidas a la desesperación o al delirio siguen a pies juntillas las arengas de tan despreciables seres humanos.
Seria injusto que metiéramos en el mismo saco a personas con un alto sentido de la justicia, del humanitarismo y de la espiritualidad, que día a día entregan su vida por el bien de los demás poniendo sus creencias religiosas al servicio de la dignidad humana sea del origen que sea, y piense lo que piense. Los avances de la humanidad han estado impulsados por personas anónimas, y también por dirigentes de todo tipo que han antepuesto los derechos humanos, y la defensa de los valores fundamentales como son: la libertad, la igualdad, la solidaridad, y la justicia social a cualquier otro interés mezquino o personal.
Ahora ademàs, tenemos que soportar también que dirigentes políticos que se reclaman democráticos y como tales actúan en nuestra sociedad, lo hagan de forma impositiva e incluso agresiva o violenta reclamando determinadas legitimidades históricas entroncadas en designaciones divinas como las de “el pueblo elegido” “la moral natural” “la especificidad étnica o racial (sea o no encubierta)”, “la religiosidad determinada vinculada a un territorio” o por derivación a las personas que lo habitan, o intenten forzar la ley, imponiendo normas morales de supuesta legitimad divina. Solo hay que leer la prensa diaria o escuchar determinados medios de comunicación, para ponerse a llorar o echarse a temblar. El mito de Moisés parece que se ha convertido en el centro de referencia de determinados dirigentes mesiànicos.
No es de extrañar que la actual guerra moderna: el terrorismo, se alimente de todas estas cosas. Se están creando profesionales del integrismo, que hacen de el su forma de vida o de muerte, en su condición de mercenarios de ideas que se reclaman de inspiración divina.
Siempre ha habido jerarcas que incumpliendo el primer mandamiento de la ley de Dios: “No tomarás el nombre de Dios en vano…” han bramado contra aquellos que no comulgan con su manera de ver y hacer las cosas, imponiendo o tratando de imponer una ley que pretenden sea la legítima interpretación de la voluntad divina, y así nos va.
Las actitudes dogmáticas e integristas no solo son patrimonio de la jerarquía religiosa, si no también de algunos dirigentes políticos, militares, económicos y de cualquier tipo cuando el grado de su “endiosamiento” llega a un punto tal , que su propio delirio o su propio interés les hacen creer o hacer creer de que están investidos de autoridad divina. La historia esta plagada de hechos luctuosos y vergonzantes promovidos por este tipo de individuos que han llevado a la humanidad a sus más altas cotas de ignominia. El ser humano como carne de cañón, bajo promesas indemostrables de premio divino, de gloria patriótica o de enriquecimientos futuros, ha ido sucumbiendo y autoinmolándose poniendo a la especie humana en situaciones de postración inconcebibles. A pesar de que la repetición de la historia es incontestable, todavía miles de personas sometidas a la desesperación o al delirio siguen a pies juntillas las arengas de tan despreciables seres humanos.
Seria injusto que metiéramos en el mismo saco a personas con un alto sentido de la justicia, del humanitarismo y de la espiritualidad, que día a día entregan su vida por el bien de los demás poniendo sus creencias religiosas al servicio de la dignidad humana sea del origen que sea, y piense lo que piense. Los avances de la humanidad han estado impulsados por personas anónimas, y también por dirigentes de todo tipo que han antepuesto los derechos humanos, y la defensa de los valores fundamentales como son: la libertad, la igualdad, la solidaridad, y la justicia social a cualquier otro interés mezquino o personal.
Ahora ademàs, tenemos que soportar también que dirigentes políticos que se reclaman democráticos y como tales actúan en nuestra sociedad, lo hagan de forma impositiva e incluso agresiva o violenta reclamando determinadas legitimidades históricas entroncadas en designaciones divinas como las de “el pueblo elegido” “la moral natural” “la especificidad étnica o racial (sea o no encubierta)”, “la religiosidad determinada vinculada a un territorio” o por derivación a las personas que lo habitan, o intenten forzar la ley, imponiendo normas morales de supuesta legitimad divina. Solo hay que leer la prensa diaria o escuchar determinados medios de comunicación, para ponerse a llorar o echarse a temblar. El mito de Moisés parece que se ha convertido en el centro de referencia de determinados dirigentes mesiànicos.
No es de extrañar que la actual guerra moderna: el terrorismo, se alimente de todas estas cosas. Se están creando profesionales del integrismo, que hacen de el su forma de vida o de muerte, en su condición de mercenarios de ideas que se reclaman de inspiración divina.
Mientras escribía este texto me llegaba la trágica noticia de que unos jóvenes extremistas enviados y engañados por “servidores de Dios” se habían autoinmolado en Casablanca despreciando su vida, y casi llevándose por delante a un buen amigo mío Aziz El Morabit, Vicepresidente de la Asamblea de la Gran Casablanca, que había ido a preocuparse por la primeras víctimas, como es habitual en una persona de su talante espiritual y humanitario. Un policía se interpuso entre el terrorista y el, y entregó estérilmente su vida para protegerlo.
Dejad a Dios en paz en todas sus formas e interpretaciones, que no debe ser muy omnipotente cuando en su nombre permite que se cometen tantos desafueros. Si lo fuera y lo consintiera perdería su condición divina y nos dejaría a nuestro libre albedrío que no debe ser otro que: La Construcción de la Fraternidad Universal.
No habléis tanto de Dios y actuad con mas humanidad que al fin es lo único que realmente no esta legítimamente permitido.
5 comentarios:
La síndrome de Monostatos planeja eternament sobre la Humanitat.
Pau G.
Ozmuz y Arimán eternos principios del bien y del mal. Aquellos que se encuadran en el lado de Arimán no dudan en utilizar cualquier pretexto legítimo o no para justificar su auténtico objetivo que no es más que el poder, el sometimiento y la explotación de sus semejantes. Esto vale para los líderes religiosos y políticos; pues la política en el fondo no es nada más que una teología encubierta. Ignorarlos es hacerles el juego, pues a su lado siempre están los militantes de la violencia verbal o física, los irreductibles de la "cachiporra" y los expertos en el puñetazo real o figurado. Es necesario reaccionar con el sentido común, la indignación, la tolerancia cero hacia la violencia y sobre todo con nuestro desprecio personal e intelectual. Lo que está claro es que de ningún modo, en ninguna etapa histórica, ni en ningún lugar han tenido ni tendrán la razón más allá de lo que puedan imponer con su brutalidad.
He intentado hacer algunas modificaciones recogiendo vuestras aportaciones
Indignats, si, complices no !!,
estic comptant les hores que passen des de que els nostres veins del sud reben el cop de la brutalitat i els seus mateixos dirigents religiosos, alcen la veu des de les mesquites i proclamen que la brutalitat i l'assesinat no son de l'Islam, que la religió no pot ser l'excusa de la forma de tornar a la edat mitjana i pendre el poder , per que no ens enganyem, els que planegen els atemptats volen el poder a cualsevol preu.
Vull escoltar als liders religiosos d'aqui i d'alli, comdemnar la barberia que quasi s'emporta un amic a qui envio una fraternal abraçada, Aziz al Morabit, recuperat i segueix endavant la teva causa es justa.
Recomano la lectura de l’article de Paolo Flores d’Arcais, “La croisade obscurantista du pape”, a Le Monde del 4.4.07, on fa referència a una mena de santa aliança entre catòlics, islamistes i una part del judaisme i del protestantisme; estratègia d’un front comú de les religions monoteistes contra les llums de l’home autònom. Cal recordar que per Ratzinger, la doctrina de l’Església de Roma és una veritat, no sols de fe, sinó també de raó, i que els parlaments i governs no poden fer lleis en conflicte amb aquesta doctrina, ja que violen la naturalesa humana. Com tots sabem, són contra natura, segons Ratzinger i l’Església Catòlica, l’avortament, la contracepció (inclòs el preservatiu),el divorci, la investigació científica sobre cèl•lules mare, l’homosexualitat i l’eutanàsia .... vols més, Ferran?
Josep Ramon
Publicar un comentario