QUE YO SEPA MARAGALL NO SE HA MUERTO

Que yo sepa Maragall no se ha muerto todavía, aunque a algunos ya les gustaría que desapareciera limpiamente para que dejara de tocar los huevos. Reconozco que alguna vez lo he criticado por alguna de sus manifestaciones, no por el contenido de las mismas si no por la inoportunidad de algunas de ellas, según mi criterio.

Conocí a Maragall hace ya mas de 30 años, en las reuniones de los frontistas del PSC(C), donde uno de los que llevaban la voz cantante era su hermano Ernest. Yo creo que a veces se marchaba o no aparecía porque le aburrían las interminables disquisiciones en las que por aquel entonces nos veíamos envueltos. Eran inconfundibles sus pantalones rojos que acabamos por quemarle contra su voluntad antes de ser Alcalde.

Coincidimos casi inmediatamente en el primer consejo de la Corporación Metropolitana de Barcelona en representación de nuestros respectivos municipios, hasta que Jordi Pujol la finiquitó sin más contemplaciones. Allí compartí muchos momentos con personas que formaban parte de ese grupo de políticos que tenía una idea muy definida de la Gran Barcelona que se prefiguraba, Narcís Serra, Urenda, Merçé Sala, los hermanos Parpal, Manolo Herce, Conxa Aguirre y otros tantos que le acompañarían en el desarrollo de la nueva Barcelona. Allí aprendí casi todo lo que sé, en materia de gestión y planeamiento urbanístico y política de transportes y vivienda.

Compartíamos escaño hasta su elección como Alcalde. Recuerdo el día que vino de su toma de posesión, para así mismo hacerlo de la presidencia de la CMB en substitución de Serra. Llegó un poco tarde y le pregunté: Que t’ han fet? y me contestó : Calla cabró i dona’m un cigarro!. Le habían colocado un traje modelo diplomático que le quedaba como el culo, y le habían cortado las greñas de la mano de Iranzo dejándole un corte que conservó durante unos cuantos años pero que en aquel momento, por efecto de la laca depositada le daba un aspecto muy alejado de un estilo que posteriormente el mismo fue definiendo.

Acompañé a Maragall posteriormente en numerosas ocasiones, que me permitieron vivir en directo la realización de la Barcelona Olímpica, en compañía de mi buen amigo Gabriel Lucena ,especialmente en las visitas de todos y cada uno de los presidentes de las diferentes Comunidades Autónomas, de los que escuchó a través de un ciclo de conferencias sus objetivos y proyectos. Mientras, Jordi Pujol se hacía el loco e instigaba en secreto, y en la calle y en los despachos, la gente de CiU muerta de envidia se dedicaba a poner todas las trabas posibles y a descalificarlo de forma ofensiva e intolerable, cuestión que ha durado hasta la última campaña en que se presentó como Presidente. Yo he visto a muchos políticos en algunos momentos literalmente “tocados”; en el caso de Maragall lo he seguido en jornadas de mas de 12 horas, donde era muy difícil seguirle el ritmo y el ”tempo”. A pesar de ello no ha podido evitar nunca las maledicencias contra su persona y ese dolor le ha quedado dentro.

Seguí comunicándome con él a través de escritos para que la nueva Barcelona no se olvidara de sus vecinos : “...Pascual, otra vez las murallas...? Estamos listos!”

Yo siempre he sido un hombre de los que se conoce como del “aparato”, próximo a Josep M. Sala , pero como todos saben también muy próximo ideológicamente a las lineas estratégicas maragallanas, probablemente por esa rebeldía innata a aceptar que tu Pais este dominado por una aristocracia meritoria aburguesada y decadente. Es evidente que no me refiero a determinados políticos o dirigentes sociales. Supongo que se me entiende todo.

Me encargaron que facilitara la organización de "ciutadans pel canvi" en el Barcelonés Nord y esa ha sido una de las cargas que por incomprensión de algunos de mis compañeros he tenido que venir soportando. Cuando venia a Badalona, algunos le hacían la pelota mientras por debajo se dedicaban a intentar desmontar el invento.

Ahora Maragall se irá apagando, pero no os engañéis, igual que todos nosotros. Algunos no necesitan que se les desencadene ninguna enfermedad para acentuar su deterioro. Mientras tanto seguiremos disfrutando de muchas de sus aportaciones libres de ataduras e inhibiciones. ¡La gota malaya esta viva, temblad malditos!

Maragall me presentó a Bargalló diciendo: Aquest es un maragallà! Y yo digo: a mucha honra...con permiso del aparato y... su consentimiento.