Los muertos pesan. Pesan los muertos pasados, duelen los presentes y se anuncian los futuros.
Los muertos pesan. El muerto no tiene nombre: ¿Donde esta el muerto?, ¿Que hacemos con el muerto?.
Los muertos pesan. Te han largado o colocado el muerto. Te quedas con el muerto. ¡Vaya muerto!.
Los muertos pesan. ¡Ya està muerto! (aunque estè vivo).Se hace el muerto. ¡Estoy muerto!.
En la vida, te vas muriendo poco a poco, y si empiezas a pesar, mas deprisa. Te van apartando, molestas, te juzgan, ya no te toleran, no te justifican, no te defienden. ¿Qué haces?,¿A dónde vas?.
Lo ves cada día a tu alrededor. Cuando ya estás muerto definitivamente, se produce un dolor sordo y una liberación. Tu entorno se repliega y se une aunque sea momentáneamente, y se libera…de ti. Después quedan los recuerdos y las vivencias personales, las deudas emocionales sin resolver. Éstas últimas ya sólo le quedan a los vivos.
Hay muertos que tienen mucha importancia si la sociedad se la quiere dar, o si son muchos y de un hemisferio concreto: el occidental. Los otros son anónimos y pesan menos ( casi siempre también físicamente).
Hay muertos olvidados y se quedan en muertos, nadie los mantiene en vida. Los hay que nacieron para ser muertos anónimos, ¡excedentes humanos!, como decía Milton Friedman el “capo” de la escuela de Chicago. Friedman pasó a la categoría de muerto ilustre en 2006 pero nos ha dejado un montón de muertos futuros anunciados.
Por eso os quiero enviar al principio del curso, en mitad de esta crisis inmoral especulativa y mediática organizada por la Asociación de Sinvergüenzas Internacionales, un mensaje de lucha y optimismo : ¡Que se mueran ellos, y sus ideas!. Que nos dejen vivir en paz, el tiempo de vivos que nos quede y dejemos de ser una sociedad de muertos vivientes.
¡Amén, y a por ellos que son pocos y cobardes!
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