
La lluvia cae persistentemente, de la forma que realmente hace mella; en forma de gota malaya.
Ya casi nadie habla de la huelga general. Ya se sabía que los sindicatos habían llegado tarde y realmente no ofrecían alternativas. Se ha debilitado la negociación colectiva, y protestar contra el Gobierno que es la parte más débil no tiene mas efectos que el estético y la profundización en el desgaste organizado por la derecha para volver lo antes posible al Gobierno de España y “ordenar” los procesos en que se halla envuelta.
Se acumulan los casos por presunta corrupción en las Instituciones y determinados procesos se dilatan en el tiempo cuando afectan a los adictos y servidores del sistema. Mientras tanto los políticos se enzarzan en discusiones bizantinas sobre procedimientos y asuntos corporativos o minoritarios, importantes si queréis, pero no prioritarios.
Ya nadie se acuerda de Haití ni de los millones de personas en el mundo que se convierten en víctimas del hambre y de las enfermedades prevenibles. Se producen nuevos desastres ecológicos y el único interés mediático se centra en el rescate de 33 mineros en Chile, que una vez liberados pasarán de nuevo al anonimato y a la explotación laboral.
Se sigue hablando de déficit presupuestario, pero no de economía sumergida, fraude fiscal, de movimientos especulativos que son moralmente delitos flagrantes, ni de corrupción que son el fondo de la cuestión.
Mas, nos anuncia reducciones en la Administración de Catalunya, y esto huele a privatizaciones y a recortes sociales que apesta. No se puede esperar otra cosa de unos dirigentes mas cercanos a los negocios privados que al servicio público. Aunque de vez en cuando se produce alguna noticia positiva, como la caída en desgracía de Arcadi Calzada.
En Badalona, la Penya (Joventut de Badalona), presenta concurso de acreedores, cuando hace años que vengo diciendo que los vientos económicos que nos venían del Baix LLobregat (Sacresa) no tendrían un buen final. Alguien debería asumir alguna responsabilidad pública y privada, por algo los acuerdos que se produjeron alrededor de todo esto fueron los que nos trajeron el “estatus” actual en que nos encontramos, ¿o no?.
La lluvia cae persistentemente, de la forma que realmente hace mella, en forma de gota malaya. Puede ser que algunos la aprovechen para que arrastre y se lleve por delante lo que “no interesa”, pero no dudéis que hará mella y más tarde o más temprano hará caer los cubiertos bajo los que se protegen los miserables.
Ya casi nadie habla de la huelga general. Ya se sabía que los sindicatos habían llegado tarde y realmente no ofrecían alternativas. Se ha debilitado la negociación colectiva, y protestar contra el Gobierno que es la parte más débil no tiene mas efectos que el estético y la profundización en el desgaste organizado por la derecha para volver lo antes posible al Gobierno de España y “ordenar” los procesos en que se halla envuelta.
Se acumulan los casos por presunta corrupción en las Instituciones y determinados procesos se dilatan en el tiempo cuando afectan a los adictos y servidores del sistema. Mientras tanto los políticos se enzarzan en discusiones bizantinas sobre procedimientos y asuntos corporativos o minoritarios, importantes si queréis, pero no prioritarios.
Ya nadie se acuerda de Haití ni de los millones de personas en el mundo que se convierten en víctimas del hambre y de las enfermedades prevenibles. Se producen nuevos desastres ecológicos y el único interés mediático se centra en el rescate de 33 mineros en Chile, que una vez liberados pasarán de nuevo al anonimato y a la explotación laboral.
Se sigue hablando de déficit presupuestario, pero no de economía sumergida, fraude fiscal, de movimientos especulativos que son moralmente delitos flagrantes, ni de corrupción que son el fondo de la cuestión.
Mas, nos anuncia reducciones en la Administración de Catalunya, y esto huele a privatizaciones y a recortes sociales que apesta. No se puede esperar otra cosa de unos dirigentes mas cercanos a los negocios privados que al servicio público. Aunque de vez en cuando se produce alguna noticia positiva, como la caída en desgracía de Arcadi Calzada.
En Badalona, la Penya (Joventut de Badalona), presenta concurso de acreedores, cuando hace años que vengo diciendo que los vientos económicos que nos venían del Baix LLobregat (Sacresa) no tendrían un buen final. Alguien debería asumir alguna responsabilidad pública y privada, por algo los acuerdos que se produjeron alrededor de todo esto fueron los que nos trajeron el “estatus” actual en que nos encontramos, ¿o no?.
La lluvia cae persistentemente, de la forma que realmente hace mella, en forma de gota malaya. Puede ser que algunos la aprovechen para que arrastre y se lleve por delante lo que “no interesa”, pero no dudéis que hará mella y más tarde o más temprano hará caer los cubiertos bajo los que se protegen los miserables.
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