Ahora nos encontramos de nuevo en una encrucijada, en un laberinto diabólico, como diria Odón Elorza, en la que esta vez si, los ciudadanos de Catalunya, que a duras penas mantenemos los derechos civiles, y con los derechos sociales en situación de riesgo, podemos volver a ser víctimas de la incompetencia de nuestros dirigentes.
Tanto el gobierno de Madrid como el de Catalunya, verdaderos administradores de los intereses de los poderes económico- financieros, e identificados ideológicamente por el nacional-catolicismo tanto sea Español como Catalán, se encuentran inmersos en una disputa por el reparto de los espacios de decisión que puedan afectar a los intereses respectivos. Sobretodo en algo que para ellos es estratégico en estos momentos, el reparto del expolio de los servicios públicos, de los financieros colectivos y lo de siempre: la transferencia de la riqueza colectiva (las plusvalías) a los mas poderosos.
CiU, en posición de dificultad por sus contradicciones internas en congeniar los intereses privados de su élite dirigente, se ha visto abocada a encabezar la rebelión de las clases asalariadas ante la amenaza que el sistema esta provocando contra el nivel de bienestar social alcanzado en las últimas décadas. En una forma de neo-revolución burguesa las clases dominantes de Catalunya pretenden instrumentalizar el descontento generalizado para reforzar su posición en las negociaciones futuras.
No nos engañemos, si repasamos los acuerdos entre PP y CiU en las diferentes administraciones españolas y catalanas, todos ellos han tenido como objetivo, la privatización de los servicios públicos, la transferencia de recursos al poder financiero, la drástica reducción de impuestos a los mas ricos, los recortes a los mas desfavorecidos, el debilitamiento de los derechos civiles y laborales, la reducción de los salarios e inestabilidad en los contratos, la amnistía fiscal a los defraudadores, la permisividad ante las conductas corruptas, etc... Todo ello encubierto en un falso patriotismo mas cercano a regimenes absolutista que democráticos.
Ambas facciones conservadores, tratan de invocar a la Santa Alianza europea para legitimar sus propuestas, pero ésta solo se va a posicionar de acuerdo con sus intereses de la misma forma que lo han hecho a lo largo de la historia.
Los ciudadanos hemos de ser conscientes que dicha condición, solo la podremos mantener reforzando el sistema democrático participativo, defendiendo los servicios públicos que garanticen la igualdad y la universalidad de los mismos, cosa que no se hará desde sistemas dedicados a la obtención de beneficios como se ha demostrado fehacientemente en otros países, y desprendiéndonos de las posiciones sectarias y fraccionales que nos debilitan.
Los socialistas hemos cometido numerosos errores que no son disculpables, pero que nos ha hecho aprender y ayudar a corregir nuestras acciones en el bien general de todos los ciudadanos. A pesar de todo nadie nos puede quitar el mérito de haber puesto en marcha unos servicios públicos universales que han garantizado durante muchos años el bienestar social de todos. Ahora ese patrimonio esta en riesgo, tanto como el personal y familiar que con nuestro esfuerzo hemos ido construyendo.
Nos pretenden engañar agitándonos las banderas, mientras nos echan mano a la cartera, o como a los toros de lidia, que se les presenta el engaño para darles la estocada y después el descabello. Por algo será que las capas de toreo son rojas y amarillas...
Hemos de forzar entre todos los acuerdos necesarios que garanticen nuestro futuro, no permitiendo ni un momento más el expolio que los poderosos nos están imponiendo. Exijamos transparencia para que caigan las caretas de los falsos patriotas y descubran sus verdaderos atributos que no les que quede un solo rincón donde esconder sus vergüenzas. Conduzcamos nuestras emociones con racionalidad y no demos ni una carta en blanco a los que después escribirán en ella lo que les parezca.
No tengo dudas, yo quiero una democracia universal para todos, sostenida en el desarrollo de la fraternidad, y para eso amigos míos se necesita, tiempo, energía y paciencia , y sobretodo convicciones firmes y tolerancia.
No queremos que nunca más vuelva el absolutismo.
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