15 may 2007

¡CONSTRUCCIÒN O MUERTE!

El Presidente Montilla advierte que “los niveles de siniestralidad del sector de la construcción continúan siendo muy altos”.

El Departament de Treball, con motivo de la celebración del salón Construmat”, ha realizado una exposición sobre este tema en la estación de Plaça Espanya, que ha tenido un fuerte impacto en la opinión pública. Un depósito de cadáveres de 101 metros de longitud, pretende crear conciencia sobre este estado de cosas.

En Catalunya se producen 35.000 accidentes laborales anuales en el sector, casi 100 accidentes diarios, con resultado de muerte casi uno por semana. Como muestra de ejemplo, el presidente de la Fira y de la empresa Habitat, Bruno Figueras se encuentra imputado por la muerte de cinco trabajadores en una obra del Poble Nou.

Hemos llegado a un punto, en que se acepta con total normalidad que el progreso tenga un coste de vidas humanas que hay que aceptar con resignación, y teniendo en cuenta que pertenecen a las capas mas desfavorecidas de la población, pues…un pobre menos y un trabajo más.

La codicia y el afán por el enriquecimiento ilimitado, parece que es un baremo de éxito en nuestra sociedad. El desprecio por la legalidad y los comportamientos fraudulentos, una norma habitual.

No importa que aparezcan continuamente escándalos urbanísticos y procesos de corrupción, la falta de cualquier tipo de ética en el sector de los negocios del pelotazo esta oscureciendo la labor eficaz y profesional de muchas empresas que son las que sostienen la base sólida de la economía de un País. Eso no es noticia, no interesa, los medios de comunicación viven de la gente que hace ostentación de su cara dura y su desvergüenza. Y si alguien osa levantar la voz contra tanto despropósito lo tildan de irresponsable, iluminado o presunto representante de intereses oscuros de la competencia.

Por eso es decepcionante que alguien se haya quejado de esta exposición. En una sociedad hipócrita a la gente no le gusta que le enseñen los muertos, ni tener la mierda a la puerta de casa.
Pensemos que detrás de esos trabajadores desaparecidos y de los que han quedado lesionados para toda la vida, hay unas familias que se ven abocadas a la desesperación y al dolor. Cuidado que algún día se pueden hartar de aguantar tanta injusticia y ponen patas arriba el País, para que la sociedad real se plante ante las narices de los poderosos y de sus fieles servidores.

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